lunes, abril 29, 2013

LA META

LA META

Por: Wilfredo Botto , 2003 (*)
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En su libro “La Meta” su autor E. Goldratt describe en forma brillante aspectos relacionados con la problemática de las empresas manufactureras.

Concluye que la meta de una organización empresarial es “GANAR DINERO” y que cada actividad dentro de la empresa debe estar orientada siempre a alcanzar dicha meta. Agrego que la consecución de esta meta beneficiará a todos los miembros de la organización.

Indudablemente que tal afirmación es inobjetable siempre que, y así lo dice el autor, se produzcan bienes de calidad y a plena satisfacción de los clientes (lo que incluye el precio justo).

De acuerdo a los parámetros clásicos de administración de empresas, la Meta mencionada, a pesar de ser tan obvia, es pasada por alto día a día por los Actores de las empresas debido a que nos es difícil despojarnos de ciertas costumbres y paradigmas que dominan nuestro diario quehacer.

El relato, en forma novelada, hace reflexionar al lector sobre cómo los “cuellos de botella” son extremadamente peligrosos para la vida de la empresa y cómo, si estos no son administrados convenientemente, destruyen los esfuerzos de alcanzar la Meta (ganar dinero).

Al final del libro, incluye un aspecto interesante que muchos gerentes olvidan: Los productos no se venden solos, se requiere constantemente el empuje de todos los Actores, desde todos los ángulos en los que se incluyen: los Actores de elaborar la Ingeniería, los Actores de la Producción, los de Control de Calidad, los de la Logística y naturalmente los de el Area Comercial, y además y muy importante los Actores de las Areas de Control como es el caso de la Administración y Contabilidad. Para estos últimos Actores les dedica un párrafo: Afirma que los datos de contabilidad deben de dejar de ser genéricos y deben ser fiel reflejo de la actividad propia de la empresa.

Como ingeniero electricista y empresario que soy, veo a las Organizaciones Manufactureras como una caja negra a la cual ingresa cierta cantidad de insumos se procesan y salen productos terminados, fluidamente...... o a cuenta gotas. Dentro de esta caja negra y haciendo un paralelo con los elementos eléctricos, existe una intrincada red de resistencias, capacitancias, inductancias y para complicar la cosas elementos no lineales (que pueden originar esos parásitos llamados armómicos y que pueden contaminar toda la caja negra) que al final , en su conjunto, determinan la impedancia de la caja negra y su comportamiento. Siguiendo con la homología, mientras menos impedancia total, menor oposición al procesamiento de los negocios (lo que incluye la captación de los negocios pues las empresas de la competencia también son cajas negras trabajando en paralelo con las nuestras). Si las empresas de la competencia ostentan menor “impedancia” tendrán más carga de trabajo.

Como se comprenderá, la capacidad de procesar carga de esa caja negra imaginaria, dependerá al final de la capacidad de unos pocos elementos, tanto físicos como de actitud de las personas, que son casualmente los “cuellos de botella” de tal caja.

Según Goldratt, los cuellos de botella se pueden mover. Y es así, pues dependiendo del negocio que se procese, estos cuellos pueden aparecer en cualquiera de las áreas de la empresa. Algo así como si a nuestra supuesta caja negra eléctrica, se le modificara la frecuencia o la forma de onda de la fuente de ingreso. Tal vez los cuellos de botella se moverán de algunas reactancias hacia algunas capacitancias.

Sin embargo, al autor de La Meta, se refiere a los cuellos e botella materiales, físicos, de la maquinaria. En nuestro medio creo que este concepto se puede extender también a la actitud de las personas. Un jefe de producción desidioso, un comprador lento, un operario descuidado, un vendedor distraído (que sería el cuello de botella de ingreso de los negocios), etc, etc, son en mi concepto cuellos e botella más perniciosos que los cuello de botella físicos.

Qué hacer entonces? : pues revisar permanentemente cada una de los elementos que componen nuestra caja negra, reacomodándolos o tal vez eliminándolos o ampliando su capacidad pero sin crear capacidad sobre dimensionada o, finalmente, ¿modificando radicalmente los métodos?. Cada una o todas de estas medidas es factible tomar, pero no olvidando que el cambio de conexión o de valor (o de sus valores) o la eliminación de una sola de ellas cambiará la carga de todos los demás componentes y posiblemente algunos terminarán reaccionando positivamente para el conjunto o, negativamente, con el efecto contrario al deseado. Naturalmente hacer esto no es fácil en una caja negra empresarial en donde la impedancias son seres humanos y existe una organización, métodos, sistemas y, como ya se dijo, paradigmas establecidos o enquistados.

Las empresas se especializan, procesan mejor unos negocios que otros. Es por eso que es necesaria la estandarización, que como sabemos es práctica de las grandes organizaciones.

Como toda empresa, las empresas de nuestro grupo también adolecen de cuellos de botella de diferente naturaleza así como también se percibe la falta de un esfuerzo mancomunado (seguramente involuntario) de todas las áreas para empujar los negocios, cada uno desde su puesto. Sobre este asunto es necesario revisar nuestra actuación en todos los niveles.

Adjunto un ensayo de tabla que podría servir de auto evaluación personal para verificar si nuestra actuación está contribuyendo a alcanzar la meta o si nos hemos convertido en cuellos de botella humanos que dificultan tal objetivo.
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(*) escrito el 2003, pero sigue vigente