martes, agosto 14, 2012

ADIOS A HERNAN CARRERO HURTADO

ADIOS A HERNAN CARRERO


Querido Hernán:



Hoy tres de agosto 2012 nos dejas sumidos en una inmensa tristeza porque ya no podremos gozar de tu grata compañía en este mundo tan incomprensible. Tu partida prematura nos deja un gran vacío en el alma y un interrogante difícil de responder de el por qué seres tan íntegros, como tú, son recogidos por nuestro Señor cuando tienen todavía muchas tareas por cumplir.

Tu partida querido e inolvidable Hernán nos obliga a reflexionar sobre los motivos, las causas, las metas del tránsito de la etapa terrenal de nuestra existencia.

Este paso está formado en esencia por diversos hitos, dos de los más importantes son los extremos: el inicial cuando salimos del vientre de nuestras madres o tal vez cuando pronunciamos por primera veza palabra mamá y el final cuando damos la ultima exhalación devolviendo nuestra alma al Creador pasando de una existencia material y espiritual a otra una solamente espiritual.

No obstante si nos detenemos unos momentos y desplegamos nuestro tránsito terrenal veremos que hay otros hitos los que nos hacen palpar ese discurrir. Pero todo ese despliegue no es acaso solo un pequeño paréntesis del gran texto universal que finalmente se resume en dos números y que se puede prescindir?. Qué papel entonces debemos desempeñar en este drama de la vida, con tintes de comedia ?.

Durante el curso de tu existencia aquí en la tierra, querido Hernán, he tenido la suerte de conocerte desde niño y ser testigo de algunos de tus hitos, todos felices salvo los tristes cuando despedimos a tus queridos padres.

Ha llegado el momento crucial en que tus restos mortales desciendan pero tu espíritu quedara en nuestros corazones y aun más arraigado en los corazones de tu esposa, de tus hijos y de tus hermanos, y también, porque el espíritu no tiene dimensiones, ya cerca a Dios, en el espíritu de tus seres queridos.

Querido Hernán, dejas un enorme vacío entre todos los que te hemos apreciado!. También una desazón, frustración y amargura al no tener una explicación del por qué está sucediendo esta paradoja que es tu temprana despedida.

Hernán, a pesar de tu inexistencia material continuarás siendo, por siempre, el rector de tu querida familia. Te toca, más cerca ahora a Dios, rogarle que les de sosiego y resignación.


Wilfredo



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