lunes, octubre 31, 2011

INCLUSION CON DESARROLLO HUMANO

INCLUSION CON DESARROLLO HUMANO



Por: Ing. Wilfredo Botto Agosto 2011




Durante último proceso electoral se ha escuchado con mucha frecuencia la palabra "INCLUSION", que ha sido la bandera de Gana Perú, bandera que también fue adoptada, aunque tardíamente, por su aliado Perú Posible.


El término “inclusión” debe interpretarse, según lo manifiestan los voceros del Gana Perú, ahora ya gobierno, como la asistencia gubernamental a los estratos sociales más desfavorecidos, como producto del incremento de los índices macro económicos, es decir como la acumulación de la riqueza del país, si bien son estas coyunturales.


También se le puede interpretar como la voluntad de reducir la pobreza, lo cual en todo caso debe ser el núcleo de cualquier política económica, se le denomine de cualquier manera.


Seguramente que cada uno de nosotros le dará al término “inclusión” su propia interpretación, pero la mediática es la de participación más equitativa de la riqueza de manera que el bienestar alcance a las mayorías.


No obstante espero que tenga alcances más profundos, tal como el de “desarrollo humano” de nuestra sociedad.


A los dos últimos gobiernos, el de Alejando Toledo y el de Alan García se les recordará como promotores de dos principios político económicos: el del “chorreo” al primero y la del “perro del hortelano” al segundo


Creo que las políticas del chorreo y la del perro de hortelano, que delatan la visión, tal vez sub consciente, que tiene cada uno de sus mentores, nos han dado resultado en nuestro país en cuanto a sus supuestos propósitos, o sea el de una mejor distribución de la riqueza en nuestro país.


Supongo que la teoría del “chorreo” tiene como fundamento que la riqueza se distribuye de arriba para abajo, porque nada chorrea para arriba!! Es parecida a la teoría que aplicaban durante el feudalismo, es decir que los de abajo sólo podían esperar la repartición del bienestar si el amo estaba bien y al libre albedrio de este. Habría sido mejor denominarlo como el de “filtración” de la riqueza.


La teoría del “perro del hortelano”, si así se le puede denominar aplicada como filosofía de un gobierno, suena más bien maquiavélica. Eso de que “no comes ni me dejas comer”, por mucho que se le quiera interpretar de forma metafórica, es inaplicable en una democracia que más bien debe sustentarse en valores morales.


Durante el último decenio, y sobre todo el último quinquenio, nuestro país ha ostentado "elevados" índices de crecimiento del PBI. Como este índice se mide en Dólares y el PBI peruano tiene entre sus componentes una fuerte incidencia de productos minerales y otros primarios, es pertinente afirmar que el mencionado crecimiento ha sido impulsado por la elevación de los precios de dichos productos, o la devaluación del Dólar. Es decir, podría inferirse que los peruanos hemos hecho muy poco para impulsar el crecimiento galopante de estos años. Es decir que el crecimiento no podría ser consistente si es que nuestra producción no está balanceada con productos de alto valor agregado.


Por otra parte, si bien existe cierta correlación entre “crecimiento económico” y disminución de la pobreza, este impacto es diferente en cada economía. Según estudios realizados por entidades gubernamentales “el tipo de crecimiento menos favorable a la pobreza es el primario exportador (que es el nuestro país). Pero aun algunos estudiosos concluyen que es de esperar que la explotación minera y agrícola generen un incremento de la desigualdad (y por ende afectan adversamente la disminución de la pobreza), en la medida que concentren rentas, lo cual significa que será así en la medida que tales actividades estén focalizadas en grandes empresas antes que en las medianas o pequeñas”


Por lo tanto, de acuerdo a lo antedicho, para un adecuado desarrollo y direccionarnos hacia un desarrollo humano con visión más integral, es necesario también incluir en la “inclusión” a las pequeñas y medianas empresas nacionales pues también está demostrado que son estas las que promueven mayoritariamente el empleo. A este respecto ya se han escuchado algunas voces, tal como eso de los TLC hacia adentro y el de la electrificación productiva. Pero hace falta mucho más.


Y lo que falta, entre otros aspectos también muy importantes, y de base - como lo es la mejora de la educación desde los primeros niveles - es incentivar el desarrollo tecnológico sobre todo el de las pequeñas y medianas empresas. Es decir, actuar en los dos extremos de la cadena de forma simultánea, la educación inicial por una lado y el desarrollo de los hombres y mujeres que actualmente están transitando en el campo empresarial con esforzada innovación tecnológica y, en este último caso, sin necesidad de retornar a los incentivos, sino el de allanándoles y/o facilitándoles el camino para fomentar su desarrollo


Como conclusión creo que una política de inclusión debe tener como meta el desarrollo humano integral y de esta manera coadyuvar a la realización de los individuos componentes de nuestra nación. El apoyo a las pequeñas y medianas empresas y el fomento a la investigación y la tecnología no deben quedar al margen de este proceso.




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