miércoles, marzo 29, 2006

MAR PARA BOLIVIA

Evo Morales ha vuelto a poner sobre el tapete el justo reclamo de ese país de una salida soberana al mar. Y esta vez su voz ha encontrado eco en toda América (inclusive en ciertos sectores chilenos) y de paso ha vuelto a sacar la careta de quienes afirman (chilenos) que los tratados no son revisables pero que a su vez propugnan el armamentismo con soterrados fines agresores.

A pesar de las expresiones de nuestro presidente y otros funcionarios gubernamentales de que este es un problema bilateral entre Chile y Bolivia, no cabe duda que nuestro país tiene en este asunto, como ya lo dijo el presidente Belaúnde en la década de los 80, la llave del cofre que encierra la solución del problema.

La única posibilidad de salida soberana al mar de Bolivia es vía un corredor por territorio ariqueño justo al sur del actual límite con nuestro país. Otras vías más al sur son impracticables pues segmentarían territorio chileno. Así de simple. La vana afirmación de que Arica fue territorio peruano ahora ya no tiene importancia práctica, salvo que nuestros militares abriguen todavía la esperanza de recuperarlo algún día (propósito que debería quedar descartado de una vez por todas).

Entonces, si nosotros tenemos la llave, qué debemos hacer?. Opino que debemos utilizarla dando el primer paso en la forma de un debate nacional sobre la conveniencia histórica de aceptar una salida al mar de Bolivia por el corredor descrito. No debemos esperar que el gobierno ni los partidos políticos tomen la iniciativa, pues esta “papa caliente” nadie la querrá tener en sus manos. La iniciativa la deben tomar las organizaciones representativas como los Colegios profesionales, Universidades, Sindicatos, Organizaciones gremiales, etc y, finalmente, en caso de consulta oficial de Chile se debe consultar al pueblo peruano mediante un plebiscito.

Qué razones geopolíticas existen para que esta solución no sea aceptable por nuestro país?. Tal vez, por mi miopía en estos temas, no veo ninguna.

Actuar ahora será la mejor manera de cerrar un capítulo de la historia de nuestros países, todavía abierto a pesar de haber transcurrido más de cien años desde la infausta Guerra del Pacífico. Será el epílogo al sacrificio de nuestros héroes, bolivianos, chilenos y peruanos, a quienes de aquí en adelante debemos elevar al nivel de guías a seguir por su temple y coraje, ya no para la guerra sino para abrir un nuevo capítulo de próspera convivencia entre nuestras naciones, que al fin y al cabo son una sola junto a todas las naciones de nuestra Latino América.

Intereses económicos claro que los hay, como el gas, el fondo marino, etc, los cuales deben ser negociados pero supeditados al fin superior: Una paz duradera en este rincón del planeta.

Wilfredo Botto

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